miércoles, 7 de diciembre de 2011

Un día solo con Él.

Se han dado cuenta de que a causa de nuestras obligaciones diarias y de nuestras distracciones, cada día nos distanciamos más de la Biblia y de Dios. Le echamos la culpa a la sociedad en la que vivimos y a las obligaciones que tenemos como padres, trabajadores, etc., pero sabes que en realidad nos puede la flojera. ¡Tenemos a nuestro Señor desatendido completamente!

Puede más una serie televisiva que leer la Biblia. Puede más jugar al futbol que ir a la iglesia.

Caemos en no dar ofrenda a Dios porque estamos ahorrando para comprarnos un nuevo teléfono móvil, cuando sabes que todo lo que tenemos es gracias a Dios.

Adoptamos la misma forma de vivir que el resto del mundo y no nos damos cuenta. ¿Cuantos leemos la Biblia todos los días? Creo que muy pocos. ¿Y cuantos nos ponemos en internet todos los días? Creo que casi todos. 

¿Es entonces el tiempo el culpable? Yo creo que tiempo siempre tenemos, lo que nos falta es dedicación a lo importante. 

¿Cuantos oramos todos  los días? Pocos. Y en cambio ¿cuantos vemos la tele todos los días? Muchos o casi todos.

Debemos de cambiar nuestra manera de vivir porque nosotros no somos como los demás. No somos de este mundo ya, sino del mundo de Dios y por eso en este mundo estamos con un objetivo y es servir al Señor, agradar al Señor y intentar que el máximo de personas que se pueda, puedan apartarse del diablo y seguir a Cristo, pero con nuestra actitud diaria no vamos a conseguir absolutamente nada.

OS PROPONGO UNA COSA. Que tal sería si un día que nosotros eligieramos, lo apartaramos enterito para Dios. Desde el amanecer hasta el anochecer.

Mi propósito, además de cambiar mi manera de vivir diaria, es pasar un día cada cierto tiempo y dedicarlo plenamente a él. Pero cuando digo plenamente es así. No tele, ni ordenador, ni radio, ni limpiar, ni coser, ni lavar ropa, ni cocinar, ni trabajar ni nada que no sea servir, aprender, hablar o alabar al Señor.

¿Cómo pienso que he de crear ese día?

Me lo imagino así; me levanto, me tomo un cafe y me pongo a leer la Biblia, luego hablo con mi Señor largo y tendido (sin primas porque todo mi día es para él). Luego me hecho en mi sofa y me pongo un CD cristiano de tantos maravillosos que tengo y me deleito con sus canciones y yo también acompaño con mi voz. Cuando termine me levanto y me pongo en mi ordenador a imprimir tratados donde aparezcan bonitos mensajes que puedo luego repartir por mi barrio, si alguién me pregunta aprovecho para hablar de mi Señor. Seguidamente llego a mi casa y almuerzo y después me pongo a ver una pelicula cristiana maravillosa. Cuando termine llamo al pastor de mi iglesia y le pregunto si hay alguna persona de mi iglesia que necesite una visita o ayuda y me pongo en marcha. De regreso a casa hago mi cena y después leo la Biblia un ratito y hablo con mi Dios y a dormir.

Que día más maravilloso. Sólo imagino en él paz y felicidad. ¿Ustedes no?
Pienso que este día es sólo un ejemplo de la de cosas que podemos hacer para Dios en un día.

Dejemos que nuestro corazón y mente siempre estén conectados a Dios y dejemos de vivir como los incredulos.

Que el Señor les bendiga.


No hay comentarios:

Publicar un comentario